A Mi Padre

Adiós se dice cuando la despedida es

para siempre, más las circunstancias

no nos dejaron despedirnos dejando

mi corazón agonizante entre llantos

y sufrimientos eternos.

Quisiera cerrar mis ojos para dejar

de llorar y olvidar que ya no

estas a mi lado, no me interesa si

es una ley de la vida; desde el día

de tu partida mi vida, mis días y

mi corazón ya no son los mismos.

Huancayo querido regresé por todos

los bellos momentos que viví, más la vida

quiso que ya no encontrara a mi Padre;

un cruel puñal que desangra

mi pobre corazón.

Las noches oscuras extienden sus tinieblas

en el día y hacen que las lágrimas sean eternas,

te fuiste de mí, Padre, y sólo me quedan las

promesas que te hice y que ahora tengo que

hacer realidad por mí y por ti.

Autor: Alan Roy Ferrer Avila.