Carta al Cielo
- Alan Ferrer
- 24 feb 2021
- 1 Min. de lectura
Días grises vivo desde
aquel día de tu triste partida
mi corazón no encuentra
consuelo a tan grande dolor.
Mis ojos no volverán a disfrutar
de tu sonrisa espontánea,
tus brazos no volverán a
recibirme con ternura infinita.
Aquellas lágrimas que
expresaban una inmensa alegría
al saber de mi llegada,
ya no volverán a bañar mis hombros,
cuando me recibías con
un abrazo de ternura y amor.
Ya no podré acompañar
tus pasos tranquilos y elegantes,
ni podré disfrutar de todos
los momentos de alegría
que sabías hacerme pasar.
Ya no podré sentir la
felicidad sincera que
sentía por cada segundo
que transcurría en
tu inmejorable compañía.
Mi corazón vive a mitad
desde aquel fatídico e
inolvidable amanecer.
Que sentí un dolor tan inmenso
que jamás encontrará calma.
Me faltó solo ver
una vez más aquel brillo
de alegría en tus ojos al saber
lo mucho que te quiero
y que siempre te llevaré
en mi mente y corazón,
que más adelante nos
encontraremos para realizar
los sueños que quedaron pendientes.
Hasta pronto Padre querido…
Autor: Alan Roy Ferrer Avila.
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