Declaración de Amor...

PARTE 1

Sabes amada mía, me costó mucho

llegar a estas alturas de mi vida

pasando por tantos momentos de

felicidad pero sobretodo de sufrimientos.

Pero estaba escrito que tenía que

suceder todo aquello para poder

llegar hacia ti.

El sendero hacia el amor verdadero

está cubierto por infinitas rosas

con espinas, aquellas espinas que

se bañan con lágrimas de mis ojos

y gotas de sangre de mi pobre corazón.

Fue tan doloroso caminar con

pies descalzos por ese sendero particular,

pues no existe otro sendero para

encontrar el amor sincero.

Y después de tantas heridas logré

deslumbrar aquella flor única

en medio de las demás.

Aquella rosa con una belleza interior

que no tiene igual en el universo

que a pesar de las espinas, no hieren

ni hacen derramar gotas de sangre

a mi corazón enamorado...

PARTE 2

Esa bella rosa eres tu amada mía

que ahora te convertiste en la dueña

de mi amor y corazón.

Ahora comprendo todas aquellas

lágrimas y sufrimientos pues al final

de éste camino espinoso estabas tu,

con ese amor tan inmenso y sincero

que cobre con ternura cada rincón

de mi corazón.

Que nunca dejó de creer en

el verdadero amor; y ahora tu

con ternura, amor y comprensión

das paz y felicidad a mis días.

Pero sobretodo amor a éste corazón

que por tanto tiempo estubo

esperando por ti.

Este corazón que vivirá para amarte

y respetarte porque de eso se trata

el amor: de cariño y respeto recíproco.

Me gustaría poder contuniar con esta

declaración amada mía pero aún no

decidiste aceptarme en tu vida y hacer

compañía a tu hermoso corazón;

pero seguiré esperando a que decidas ver

el amor que hay en mi corazón hacia ti.

Autor: Alan Roy Ferrer Avila.