Desamor
- Alan Ferrer
- 4 nov 2020
- 1 Min. de lectura
En medio de las tinieblas,
el manto de la tristeza
oscurecen los ojos del amor
y entristecen el corazón.
La tormenta de tu indiferencia
dejó en brasas aquella llama de amor
que cubría de tierno amor
dos corazones enamorados.
La tormenta de tu indiferencia;
convertía cada dulce despertar
en una gris tarde de invierno,
e hiriendo gravemente la dulce ilusión
de un sentimiento que florecía.
Las cicatrices del alma
son eternas y dolorosas,
porque no existe en el mundo
remedio para el desamor.
Es muy triste amar
sin ser correspondido ...
Autor: Alan Roy Ferrer Avila.
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