Feliz Día de la Madre

En éstos tiempos de dificultad se hace un paréntesis para recordar un día que se debería de repetir todo el tiempo, ya que nuestra Madre no existe solo hoy. Pero de todos modos no quice pasar por alto una fecha como ésta, esperando que todos aquellos que tengan la dicha de tener con vida a la persona que nos trajo a éste mundo gozen de esa alegría que muchas personas quisieran tener y que busquen todos los medios para hacerle saber que la quieren mucho y que es muy importantes en vuestras vidas.

Sin más reflexión por el momento paso a dedicar un pequeño acróstico dedicado a la mujer que me trajo al mundo y que quisiera compartir con todas las personas que tengan la oportunidad de leerlo, y que a su vez puedan dedicar las siguientes líneas a ese ser tan amado que está siempre presente en nuestras vidas.

Muchas veces pensamos que nuestra meta es encontrar una persona que nos ame como nadie en éste mundo y que en ocasiones cometemos el error de

Alejarnos del ser que Dios nos dió; aquella persona que nos ama más que nadie en ésta vida. La mujer con la que se creó un lazo invisible

De amor único e incondicional que nace desde el momento de la Concepción y que será eterno para cada fruto de su amor. Ese amor de Madre que cubre cada

Rincón de nuestro ser cual diluvio interminable de paciencia, sacrificio y ternura. Es tan difícil de poder describir el Amor de Madre, porque en

Este universo sólo esa mujer sería capaz de dar su vida sin pensarlo por el ser que llevó en sus entrañas. Por eso y mucho más doy gracias a Dios por haberme dado ese ser maravilloso como Madre.

Autor: Alan Roy Ferrer Avila.