Reflexión 11 - Una Familia
- Alan Ferrer
- 3 may 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 18 jun 2022
Parte 1
Solo una persona puede ser
la dueña de mi corazón y de
todos los sentimientos que
nacen de él,
porque la sinceridad y el
respeto son la base para
una relación sólida y duradera.
Cuando somos de edad tierna
confundimos amor con ilusión
y nos dejamos llevar por el
momento y solemos cometer
errores que luego lastiman
fuertemente nuestro corazón;
más la vida nos hace pasar esas
experiencias para aprender a
valorar a la persona indicada cuando
nos entregará un amor verdadero,
porque ese amor sólo pasará
una vez por nuestras vidas para
hacernos conocer la felicidad,
pero siempre teniendo en cuenta
que la felicidad implica superar
problemas y dificultades, porque en
una relación no todo es color de rosa.
Pero todo eso hace especial,
hermoso y único a ese sentimiento
que une dos personas diferentes
pero compatibles y capaces de superar
los obstáculos que les tocará afrontar
para formar un hogar y saber educar
a la futura Sociedad de la cual
hacemos parte todos;
Parte 2
porque la Sociedad se empieza a
formar en el hogar con la enseñanza
de valores como el respeto,
responsabilidad, solidaridad, etc.
No es nada fácil formar un hogar
y educar a las personas del mañana,
pero es una responsabilidad
que todos tenemos.
Como el amor que unió dos personas
es muy importante y fundamental
para todos, porque los frutos que
vendrán luego tomarán los ejemplos
que vieron de pequeños para
repetirlos y mejorarlos,
y sólo así dejaremos de ver y escuchar
tantas atrocidades que pasan alrededor
del mundo que duele el corazón,
desgarran el alma y causan daños
irreversibles a quienes lo sufren
en primera o tercera persona.
Difundamos el amor en todas
sus formas; desde el amor que
se tiene que formar en una familia,
en una pareja, entre hermanos,
amor por el prójimo,
amor por los animales
y la naturaleza; porque
sólo así tendremos un mundo mejor.
Autor: Alan Roy Ferrer Avila.
Comments