Reflexión 5
- Alan Ferrer
- 30 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 ago 2020
Hoy quiero compartir una historia particular
y que quizá tenga opiniones encontradas
ya que al poder observar esas imágenes
no pude evitar derramar lágrimas,
porque sé que la nación que me vio nacer
está pasando por un entorno muy duro.
Para la mayoría de mis hermanos peruanos,
a causa del ritmo de vida que se vive
en mi querida nación; que no está preparada
para poder afrontar una emergencia
mundial como la del COVID 19.
Pero volviendo a la historia que quiero compartir,
el Presidente emanó decretos para poder
hacer fronte a esta amenaza pero que
lamentablemente no fueron seguidos por todos,
por el estilo de vida que se lleva que
prácticamente es vivir el día a día.
Lo que causó inevitablemente que
la emergencia se extendiera de manera
incontrolable ocasionando daños que
con el paso del tiempo se verán las
verdaderas consecuencias.
Pero en medio de toda esta tragedia
existen personas que no se rinden y
buscan estar bien dentro de lo que cabe;
a causa del porcentaje tan alto de
informalidad y de la inestabilidad laboral
muchos padres de familia están
sin ningún sustento económico.
Y se ven obligados a tomar decisiones
que visto de fuera se pueden juzgar
como imprudentes. Pero en ocasiones
esas decisiones se tienen que tomar y realizar.
“Una Madre con tres hijas residentes
en la capital emprendieron una larga caminata
de muchos kilómetros y pasando
por zonas peligrosas con el único fin
de regresar a la ciudad que un día
dejaron en busca de oportunidades mejores.
Debe de ser muy difícil tomar esa decisión
de exponer a tus hijos a los peligros
del trayecto más aún cuando se trata de mujeres”.
A todas esas Madres y Padres con valor
para poder afrontar una travesía tan peligrosa
sabiendo que ahora no hay forma de afrontar
la emergencia encerrados en casa,
ya que no hay que comer; a todos ellos
los han bautizado como el apelativo de "los caminantes".
Gente de todas las provincias de mi querido Perú,
que ahora emprenden un largo camino
en busca de reunirse con los seres queridos
que un día lejano tuvieron que saludar
y que ahora regresan para poder
estar juntos en estos momentos difíciles.
Porque como alguien dijo: "para el COVID 19
de seguro pronto se encontrará una cura
pero contra el hambre no se puede combatir
sino se tiene recursos”.
Ahora más que nunca debemos estar unidos
como la gran familia que somos y apoyarnos
en todo cuanto se pueda; porque sólo
uniendo fuerzas se podrá superar esta emergencia
y que no destruya lo que se estaba
construyendo con mucho esfuerzo.
Cuiden a todos como si fueran vuestros padres,
hermanos e hijos; aprendamos a ser mejores
y demostremos que podemos superar esta tragedia.
¡¡¡FUERZA PERU’!!!
Autor: Alan Roy Ferrer Avila.
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